domingo, 15 de marzo de 2009

PRESENCIA


Sé que mi esclavo está ahí. Sé que puedo disponer de él cuando me sale de los cojones.
Podría ir allí y despertarlo y abusar de él.
Podría tenerlo de rodillas, mamando, o adorandome sin decir palabra.
Eso me basta.
Sé que es mío,
por encima de todo y de todos.
Nadie puede evitarlo.
Eso me calma incluso en las horas más bajas.
Sé que está ahi
y
sé que és mío de manera absoluta.
Sin condiciones y sin tregua.
Y es así como lo quiero.

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