

Mi esclavo se esfuerza hasta las lágrimas. Siente todo el poder de su Amo dentro: lo engulle o lo soporta, complacido, mientras el Amo goza, disfruta y gime, sin importarle apenas que el esclavo se queje o sienta arcadas o grite de dolor. Los gemidos, las arcadas o los gritos no hacen más que demostrar el poder del Amo.
Dentro del esclavo, el Amo se siente destructor y, a la vez, siente como "llena" el hueco enorme que es el alma del esclavo, cuando el Amo no está allí.
Por eso, el Amo, también, crea: domina y educa para moldear a la perfección
el cuerpo y el alma del esclavo.
Dentro del esclavo, el Amo se siente destructor y, a la vez, siente como "llena" el hueco enorme que es el alma del esclavo, cuando el Amo no está allí.
Por eso, el Amo, también, crea: domina y educa para moldear a la perfección
el cuerpo y el alma del esclavo.
El premio a tanto esfuerzo suele ser, cuando el Amo se siente generoso,
un poco de alimento: proteina pura.
El alimento que el esclavo come, agradecido.
Cuando estoy en su interior, él no es más que una extensión de mi.
Cuando me vacío para él, cuando saco al exterior mis jugos, lo alimento.
un poco de alimento: proteina pura.
El alimento que el esclavo come, agradecido.
Cuando estoy en su interior, él no es más que una extensión de mi.
Cuando me vacío para él, cuando saco al exterior mis jugos, lo alimento.
Es así como me gusta mi esclavo.
Es así como lo siento cada vez más mío.
Es así como lo siento cada vez más mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario