Después de prepararle la cena y que él hubiera cenado, mi Amo se marchó a su despacho, al ordenador. Me ordenó que cenara y yo me senté a comer lo que había sobrado... incluso tuve la suerte de que me habia dejado algo ya masticado. No os imaginais el placer que me da meterme sus sobras en mi boca. A veces tengo la suerte de tener un vaso de su pis para beber.
Una vez terminé, recogí y lavé todo, me acerqué al cuarto donde estaba y lo encontré allí masturbándose y escribiendo. Comprendí que chateaba con alguien. Pregunté si necesitaba algo y me ordenó meterme debajo de su mesa. Me puso la polla dura en la boca y siguió chateando.
Su masturbación había acabado de hacerse con su mano para pasar a hacérsela con mi boca. Solo se limitaba a empujar, mecánicamente, mi cabeza contra su polla, a su ritmo. Apenas podía verle yo a él, metido debajo de la mesa, pero sé que en un momento dado enseñó a alguien, por cam, que me tenía allí mamando.
Así estuve durante más de una hora. A veces me mandaba parar y a veces me llevaba a un ritmo increible. La boca me dolía, pero el placer de tener la polla de mi Amo en la boca era mayor.
Por fin se la sacó de mi boca para correrse sobre mi cara. Me ordenó que no me la limpiara y durmiera así.
Se levantó, fuimos a su habitación y, como siempre, me puse de rodillas para beber el pis que solía hacer antes de acostarse.
Se acostó boca abajo y yo me puse a lamerle su culo sudado hasta que se quedara dormido. Cuando lo hizo, cogí la camiseta que había llevado durante todo el día, oliendo a su sudor, sus calzoncillos, los puse sobre mi almohada, en el suelo al lado de su cama, y allí me quedé dormido feliz por tener a mi amo tan cerca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario