viernes, 16 de octubre de 2009

A MIS PIES


El esclavo, como una alimaña indefensa y deseosa, lame mis pies.
Es todo cuanto puedo darle en ese momento. Él también lo sabe.
Se conforma, pero desea más. Su deseo crece como su propia verga.
Excitado.

***

Mi verga también está dura. El esclavo la mira con deseo. Sabe que no puede meterla en la boca y eso le excita más.
Sufre y desea.
Pero sabe que está haciendo feliz a su Amo.

***

No hay nada como sentir su lengua cálida buscar entre los dedos de mis pies.
No hay nada como sentir su lengua pegajosa y húmeda pasar por la planta de mis mies.
No hay nada como sentir los cinco dedos dentro de su boca.
No hay nada como sentir la succión en el dedo gordo de mi pies.
Su saliva, que limpia y da placer.

***

Es suficiente, estar a mis pies, sentir el olor y el sabor de mis pies en su cara y en su boca.
Sabe que ese es el lugar exacto del esclavo.

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