
Mi Amo me ordenó servirle. Quería que le masajeara, chupara y limpiara los pies, que le masajeara los gemelos y las piernas y que permaneciese con su polla en mi boca. Así lo hice. Pero tengo que reconocer que para mi es un placer pasar mi lengua entre los dedos de sus pies y que es casi inevitable que mi boca babee cuando tengo sus tremendos huevos a un dedo de mis ojos. Olfateé su polla y la meti en mi boca. Solo teniéndola dentro y jugando suavemente con mi lengua, se puso completamente dura dentro y me empezaba a ahogar. Allí estuve aguantando, intentando respirar a duras penas, pero permanecí con ella.
Cuando se empezó a mover y me pidió que le sacara la leche, empecé a chuparla entera, a sentirla dentro de mi garganta y a saborerar su hermoso glande. Conseguí mi mejor premio: su semen en mi boca.
Mi amo me autorizó a correrme. Así que me tumbé y empecé a masturbarme pero, por la razón que sea, no llegaba a la eyaculación. Así que mi Amo me cogió de los pezones y me ordenó arrodillarme ante él. Lo hice y, de rodillas, mirándole, adorándole, viendo su mirada y su cuerpo y su poder delante de mi............ no tarde ni un minuto en eyacular en mi propia mano. Luego, siguiendo sus instrucciones, lo lamí y me lo tragué.
Lo que quiero decir con esto es que mi Amo, con sola su presencia, tiene la facilidad de excitarme y hacer que me vuelva loco por él..... Lo que más necesito, al acabar, es besar su mano y sus pies y agradecerle su atención.